Parada y fonda en un edificio singular

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El pasado 15 de enero, tras dos años de gestiones y de obras, Óscar Caujape y Mikel Duñabeitia, amigos desde la infancia, abrieron las puertas del bar restaurante La Cantina de Neguri, ubicada en un edificio con 127 años historia, la antigua estación de Neguri –así se denominó a principios del siglo XX–, uno de los eslabones que unían la línea de tren Bilbao Plentzia.

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Mikel actualmente es jefe de obra en la empresa Codenor pero se dedicó a la hostelería en su primera juventud (Molino de Berango, varios locales en Liverpool y el Derby de Las Arenas).

Óscar, su socio y amigo, trabajó en varios hoteles de cinco estrellas y en el Chiringuito de Ereaga, será el encargado de gestionar el día a día del establecimiento.

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Junto a ellos se encuentran los cocineros Jon Velasco, Miriam Angulo y Luismi Fernández, encargado del local y con notable experiencia en hostelería: fue director de alimentos y bebida de la Escuela de Hostelería de Artxanda y ha trabajado, entre otros lugares, en el restaurante Gloria de Zierbena y en el Itsas Azoka del Puerto Deportivo de Getxo.

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El local se ha restaurado respetando totalmente la idiosincrasia del histórico edifico. Se encuentra junto a la estación del metro de Neguri, la parada más próxima a la playa de Ereaga.

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Cuentan con dos terrazas perfectas para tomar el aperitivo o comer en días de buen tiempo y con capacidad para 60 personas, además de dos comedores, uno en la planta baja, junto a la barra, para 20 personas y otro en el piso superior, para 30 comensales.

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Desde las ocho de la mañana ofrecen desayunos con bollería y diferentes tipos de tortillas (con cebolla, sin cebolla y con txistorra).

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Tienen pintxos ricos en la barra, chipirones o tosta de jamón, diferentes raciones y los fines de semana se puede disfrutar con caracolillos, quisquillón, percebes, nécoras o rabas de chipirón.

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Ofrecen una pequeña carta, un menú diario de lunes a viernes y menú fin de semana conformados por platos de cocina tradicional con algún toque personal del jefe de cocina.

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Así encontramos unos magníficos puerros braseados con vinagreta, ensalada de burrata y pesto, revuelto de perretxikos con boletus o bacalao, espárragos naturales con dos salsas mejillones al vapor o con tomate o pudin de merluza y langostinos.

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Los arroces funcionan muy bien, como el arroz en salsa verde con merluza y el risotto de boletus con crujiente de jamón.

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Se puede continuar con brocheta de ganado mayor, costilla asada a baja temperatura, caramelizada, muy jugosa y acompañada con patatas fritas.

También tienen cordero asado a baja temperatura con ensalada y verdura e ijada de atún con ensalada y patata panadera.

Dejen un hueco para el postre y gocen con la tarta de queso, muy fluida y sabrosa o arroz con leche.